Antes de contarte qué es, te contamos de dónde viene…
Cómo comenzó todo
Todo comenzó un día, donde nos dimos la oportunidad de soñar. Comenzamos a creer en eso que nos quería decir el corazón…
La vida por la que nos habíamos preparado tanto tiempo, el privilegio de haber estudiado en buenos colegios, prestigiosas universidades y haber logrado escalar en nuestra carrera profesional, parecía no tener todo el sentido del principio. Algo no calzaba en todo ese plan que nos vendió la sociedad y por el que tanto soñaron nuestros padres.
Comenzamos a percibir que no era un sentimiento nuestro. Era un gusanito que se dejaba expresar de distintas formas en personas de nuestra generación. Pero nadie se atrevía siquiera a pensar en salir de esa autopista, donde ya íbamos todos con nuestras vidas a 100 km por hora.
Dicen que soñar no cuesta nada. A nosotros, dos profesionales jóvenes que llevábamos al pie de la letra el manual, nos costó todo lo que era importante en ese momento: nuestro trabajo, nuestros ahorros, nuevas deudas, y bueno, familiarizarnos con la idea de ser vistos en la sociedad como si fuéramos dos extraterrestres.
Buscar nuestra propia realización nos obligó a renunciar a todo aquello que no queríamos aceptar en nuestra vida:
- Creencias erróneas respecto al dinero: el dinero es malo, los ricos son malos, etc. etc.
- Haber invertido en estudiar en universidades de alto nivel, para tener que aspirar a vivir los próximo 30 años con horarios de 8 a 5 y un salario que apenas nos daba para pagar nuestros gastos mínimos
- Fines de semana agotados, solamente para darnos cuenta que ya era lunes de nuevo y que debíamos esperar meses para nuestros preciados 12 días de vacaciones al año
- Tarjetas de crédito que nos hacían gastar lo que no teníamos
- Préstamo de una casa que estaríamos pagando durante 25 años más
- Una jubilación incierta, lejana y limitada
Al quitar todas aquellas ideas que no queríamos en nuestra vida, pudimos poner en nuestra visión, todas aquellas ideas por las que íbamos a luchar:
- Libertad financiera
- Prosperidad económica
- Calidad de vida
- Salud
- Realización personal
Queríamos libertad financiera para poder vivir sin necesidad de ser esclavos de un trabajo toda la vida. Queríamos tener la posibilidad de organizar nuestro tiempo. Queríamos invertir nuestra vida haciendo cosas apasionantes, hacer deporte, leer y aprender cosas nuevas. Queríamos tiempo de calidad con nuestra familia y amigos. Queríamos que cuando llegara el día, poder estar padre y madre presentes con nuestros hijos. Soñábamos con viajar por el mundo, vivir en otros lugares. Nos emocionaba desarrollar nuevos negocios y empresas. Queríamos vivir nuestra vida al máximo.
¿Por qué estas cosas , que deberían ser libertades básicas de todo ser humano, son privilegios inalcanzables para la mayoría de las personas?
Al buscar nuestra propia libertad, lo apostamos todo, sin saber adonde llegaríamos. En el camino, la vida nos presentó dos grandes regalos.
El primer regalo
Con la educación financiera adecuada, logramos retirarnos jóvenes, en menos de 4 años de haber comenzado nuestra aventura. Ya habíamos materializado esa vida que nos atrevimos a diseñar, sin necesidad de invertir nuestro tiempo para pagarlo. Estábamos viviendo la vida que soñamos: eso fue mágico y revelador.
El segundo regalo
Nos dimos cuenta que las herramientas que habíamos aprendido para alcanzar nuestra propia libertad, si las aprendíamos a comunicar, podían servirle a muchas más personas a lograr su libertad. Eso fue alucinante, porque nos mostró claramente nuestro propósito de vida.
En esa pasión por enseñar, nació el término Financultura: la ciencia y el arte de cultivar saludablemente nuestras finanzas personales.
La Financultura resume nuestro propósito: promover una cultura de la Libertad Financiera
Ese es el aporte que queremos dejar en este mundo 🙂
El financultor, es el agricultor que sabe cultivar su dinero
El agricultor prepara con sabiduría su terreno, lo libra de toda maleza y lo nutre. Escoge la mejor semilla y cuida su planta hasta que se convierte en un árbol fuerte y frondoso, que dará frutos abundantes. Con los mejores frutos, sembrará nuevos árboles, hasta formar un bosque que multiplicará sus cosechas, producirá abundancia y reducirá su trabajo.
El financultor, por su parte, se educa financieramente para preparar su terreno con sabiduría, limpiará su mente de toda maleza y verá cada dólar disponible, como semillas que puede invertir. Escogerá y cuidará sabiamente sus inversiones y con sus primeros frutos, las multiplicará hasta tener bosques abundantes, que producirán grandes riquezas.
Cuando esos frutos sean suficientes para pagar el estilo de vida de sus sueños, podrá descansar bajo la sombra de su bosque. Será libre para usar su tiempo en lo que le apasione, ya no en lo que la sociedad, los bancos, las deudas, o las intenciones de alguien más, le impongan. Será dueño de su tiempo y de su vida, para aprovecharla al máximo, según le dicte su corazón.
Nuestra misión de vida es esparcir el conocimiento con el que nosotros logramos nuestra libertad financiera.
Queremos ser catalizadores de una sociedad abundante, saludable, próspera y feliz.
Para convertirte en Financultor, solo debés tomar la decisión de aprender y dejarte guiar. Nuestra escuela existe para que la cultura financiera sea parte de tu vida. Ya somos parte de la vida de cientos de personas.
Te invitamos a rediseñar tu cultura, por una de libertad y de abundancia. Te damos la bienvenida.
Aplica a Masterkit, el programa que te da la receta probada para alcanzar tu libertad financiera.