Enero es el mes por excelencia para plantearse nuevos propósitos.
Es cuando más matrículas venden los gimnasios y nutricionistas. Además es el momento donde son solicitados la gran mayoría de los ahorros programados a los bancos y el pico de la demanda de matrículas en las universidades para el primer cuatrimestre o semestre del año.
Ahora bien, para nadie es un secreto y mucho menos un asombro que unos pocos meses después la mensualidad del gimnasio ya no se paga, el ahorro programado deja de fondearse y el siguiente cuatrimestre no se matricula.
La razón principal de no continuar con lo que parecía tan decidido e importante hace unas cuantas semanas se debe a la falta de escribir, calendarizar y ejecutar al menos 3 acciones que contribuyan a la sostenibilidad de cada meta planteada.
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