De seguro has leído u oído hablar de lo importante que es tener un presupuesto personal o familiar. ¿Verdad?
De hecho, millones de nosotros hemos hecho uno alguna vez. pero, la mayoría de las personas no logran hacer que les funcione.
No importa el nivel de ingresos o de educación, todas estas personas han tratado diferentes técnicas para hacer un presupuesto, como base 0, método 50/30/20, solución 60/10/10/10/10 o sistema 20/80… Y no han tenido éxito.
Lo que pasa es que terminan frustrados sin saber para dónde se termina yendo todo el dinero que es el fruto de horas de vida y de trabajo. Y es que si las finanzas personales fueran sumar y restar, todos seríamos millonarios, pero, no es así…
¿Qué podés hacer para que tu presupuesto personal funcione?
Antes de entrar en los números es importante que hagás un alto para identificar cuáles son los errores que generan que el presupuesto no funcione en la vida real.
Porque si no aprendemos de los errores estamos destinados a cometerlos una y otra vez.
A continuación te vamos a describir los errores más comunes que cometen las personas al establecer su presupuesto con el fin de que los evités.
1. Utilizar excel para crear el presupuesto
Hay personas que usan hojas de excel en vez de escribir a mano los números en papel. Una hoja electrónica sirve para confirmar o llevar datos, pero no para hacer el presupuesto mensual por varias razones.
Hay estudios que nos indican que hay 70% de retentiva después de 2 semanas de aquellas cosas que se dicen en voz alta y se escriben a mano versus 10% de lo que leemos.
Uno de los secretos que nadie menciona sobre el presupuesto, así como sobre las metas financieras, es que deben ser escritos a mano y en papel y luego si querés, los podés guardar en la computadora.
Porque cuando se escribe se utilizan los sentidos y en el cuerpo se juntan elementos físicos como los ojos, la mente y la mano. Todo este proceso activa al cerebro para que se le preste atención a lo que se está haciendo. El cerebro se llena de energía, las neuronas modelan todo aquello que se mira y se va a enfocar con el fin de aumentar el poder a eso que se está poniendo atención.
2. No tomar en cuenta el costo de vida
Normalmente no se toman en cuenta el costo en horas de trabajo y de vida. A pesar de que las decisiones de compra todas son emocionales, típicamente en los presupuestos personales a cada gasto no se le asigna el valor que tiene en horas trabajadas y horas de vida.
Cuando los ingresos de la persona son activos y no pasivos, esto es clave.
Porque cuando se tiene claro que las cosas no se pagan únicamente con dinero sino que se pagan con horas vida (que son finitas), las cosas se evalúan con unos ojos más cercanos a la realidad.
En los programas de manejo intencional del dinero de nuestra escuela, los alumnos conocen cuánto es el monto que se genera por hora laboral trabajada.
La fórmula es la siguiente:
- Cuánto genera por hora de trabajo: ingreso anual dividido entre 50 semanas laborales y cada semana laboral dividida de nuevo entre 50 horas.
- Cuánto genera por hora de vida: ingreso anual dividido entre 365 días al año y el resultado dividido de nuevo entre 24 horas diarias.
3. Omitir los gastos anuales
A veces toman en cuenta únicamente los gastos e ingresos mensuales dejando fuera del radar aquellos que ocurren una o dos veces al año.
Esto hace que las personas tengan un descalce en el flujo de caja anual hasta de un 20% adicional que no tenían contemplado (como un seguro médico o de vida, los cumpleaños, un viaje, regalos de Navidad…)
Lo anterior con el tiempo lleva a las personas a generarse deudas de consumo y vivir un estrés innecesario por falta de planeación.
Hemos visto muchas veces cómo, incluso personas que tienen ingresos muy altos, terminan viviendo en una angustia impresionante mes a mes precisamente porque se les escapa este “gran detalle”.
No es casualidad que los estudios indican que la mayoría de los millonarios en el mundo hacen sus presupuestos anualmente y revisan los mismos mensualmente.
4. Uso de tarjeta de crédito o débito como medio de pago
Usar el plástico en forma de tarjeta de crédito o débito como método de pago en vez de dinero en efectivo puede generar que te salgás del presupuesto.
Estudios demuestran que una persona que utiliza tarjetas de crédito o débito en vez de dinero en efectivo tiende a gastar entre un 12% a 18% más que las personas que utilizan efectivo (algunos estudios indican hasta un 83% adicional de gasto).
Los cargos automáticos agravan más este error, y por eso muchas personas terminan pagando una serie de suscripciones a cosas que no se utilizan.
Todos los gastos que se tienen en pago automático no se aprecian como tales y al no haber dolor al cancelarlos, rápidamente se olvidan, otra razón por la que el dinero se va de tus manos sin notarlo.
Una vez que tenés mapeados los grandes errores debes hacerte un par de preguntas:
- ¿Porqué quiero aprender a administrar mi dinero?
- ¿Qué pasa si no logro comprometerme con administrar mi dinero?
Y tomar acción, porque si tus metas financieras y de vida dependen de este presupuesto es importante que evités estos errores y lo hagás de la forma correcta.
¿No sabes por dónde empezar?
Nosotros te podemos ayudar a crear este presupuesto personal y familiar para que administres tus ingresos y gastos de la mejor forma posible. En nuestra sesión plan de acción nos enfocamos en entender tu situación actual y construir un plan con los pasos a seguir para lograr una situación deseada.
Si deseas crear un presupuesto, nosotros te podemos dar la guía para que lo hagás y lo más importante, para que lo cumplás.
Podés agendar la sesión haciendo click en este link: agendar sesión plan de acción.
Y estaremos más que felices de ayudarte en este proceso 🙂
Nos vemos en el próximo post.
Por tu libertad,
– Mari, Gus, Inti y el equipo de Liber.